Cada 18 de abril se celebra el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, una fecha instaurada en 1983 por la UNESCO y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), con el objetivo de promover la valoración del patrimonio cultural y arquitectónico. En esta oportunidad, proponemos un recorrido por rincones menos conocidos de Palermo, uno de los barrios más emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires, donde la historia se mezcla con el paisaje urbano.

Aunque Palermo suele asociarse con parques, bares y vida nocturna, en su geografía también laten huellas del pasado que merecen ser reconocidas. Desde antiguas construcciones hasta vestigios ferroviarios, el barrio ofrece múltiples capas de memoria urbana que invitan a una mirada más profunda. La iniciativa de recordar estos sitios se alinea con el espíritu de esta efeméride: reflexionar sobre el valor de lo que permanece y lo que se ha perdido.

Uno de estos lugares es el Pabellón del Centenario, construido para la Exposición Internacional del Centenario en 1910. Su elegante estructura fue parte de un evento que buscó posicionar a la Argentina como una potencia moderna. Aunque hoy es poco conocido, sigue en pie y es testimonio de una época de esplendor y ambición arquitectónica.

Otro rincón con historia es la estación Palermo del Ferrocarril BAP (Buenos Aires al Pacífico), que conserva elementos del pasado ferroviario del barrio. El entorno aún muestra vestigios de antiguos galpones y vías que conectaban con un Buenos Aires en expansión, donde el tren era sinónimo de progreso.

También sobreviven restos de la "Boyera del Caserón de Rosas", una construcción ligada a la residencia del polémico gobernador Juan Manuel de Rosas. Aunque hoy sólo quedan ruinas, este sitio permite imaginar el Palermo rural del siglo XIX, cuando aún era una zona de quintas y estancias.

La casa de Evaristo Carriego, ubicada en Honduras 3784, también forma parte de este recorrido. Allí vivió el poeta que inspiró a Jorge Luis Borges y que supo retratar con sensibilidad el alma del barrio. Actualmente funciona como museo, aunque con funcionamiento intermitente, y constituye un puente directo con la identidad cultural de Palermo.

Menos visible aún es la historia del antiguo gasómetro, que funcionaba en el predio donde hoy se encuentra la Plaza Armenia. Esta estructura, que abastecía de gas a la ciudad, marcó durante décadas el perfil del barrio. Su desaparición dejó lugar a un espacio verde, pero también borró parte de la memoria industrial del lugar.

Además de estos sitios, Palermo también alberga instituciones como el Museo de Arte Popular José Hernández, dedicado a las artesanías y la cultura tradicional argentina, y el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), uno de los espacios culturales más prestigiosos del país. Monumentos como el de Sarmiento, obra de Rodin, y el Rosedal con su puente blanco y bustos de poetas, complementan este mapa patrimonial diverso.

En este Día Internacional de los Monumentos y Sitios, la invitación es a redescubrir el Palermo oculto, el que no siempre aparece en las guías turísticas. Cada esquina guarda una historia, cada ladrillo antiguo es una página del libro urbano que seguimos escribiendo entre todos.

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Fuente: Patrimonio de Palermo y relevamiento informativo