El Ministerio de Obras Públicas de Buenos Aires anunció un ambicioso plan de renovación vial que abarcará más de 200 cuadras de calles y avenidas estratégicas de la ciudad. Las obras, que comenzarán durante la temporada estival, buscan aprovechar la reducción del tránsito vehicular característica de este período para minimizar las molestias a los vecinos y conductores.

Entre las arterias principales que serán intervenidas, destaca la Avenida Córdoba, donde los trabajos se extenderán desde la altura 600 hasta el 1500, un tramo neurálgico que conecta importantes zonas comerciales y residenciales del centro porteño. De igual manera, la Avenida Santa Fe experimentará una renovación integral desde el 300 hasta el 3800, abarcando una extensión significativa que atraviesa múltiples barrios de la ciudad.

Las obras también alcanzarán a la Avenida Udaondo y la emblemática Diagonal Norte, dos vías fundamentales para la circulación en la zona norte y el microcentro respectivamente. En el caso de la Avenida Hipólito Yrigoyen, las mejoras se concentrarán en un tramo más acotado, específicamente entre las alturas 200 y 300, una zona de alto tránsito peatonal y vehicular.

El plan de renovación incluye además intervenciones en las calles Jerónimo Salguero y Olleros, en el barrio de Belgrano, lo que representa una importante mejora para la conectividad de esta zona residencial con alta densidad poblacional.

La decisión de realizar estas obras durante el verano no es casual. Las autoridades han explicado que la temporada estival presenta condiciones ideales para la ejecución de trabajos viales, dado que el éxodo vacacional reduce significativamente el volumen de tránsito en la ciudad, lo que permite avanzar con mayor rapidez y eficiencia en las tareas programadas.

Desde el punto de vista de la seguridad vial, estas mejoras prometen un impacto positivo significativo. La renovación de la infraestructura vial no solo contempla la repavimentación, sino también la optimización de la señalización y la adecuación de cruces peatonales, elementos fundamentales para reducir el riesgo de accidentes.

A largo plazo, estas intervenciones representan una inversión estratégica en la calidad de la infraestructura urbana. La modernización de estas arterias no solo mejorará la experiencia de circulación para conductores y peatones, sino que también contribuirá a la revalorización de las zonas intervenidas y a una mejor distribución del flujo vehicular en la ciudad.

Los vecinos y comerciantes de las zonas afectadas serán notificados con anticipación sobre los cronogramas específicos de obra, permitiéndoles planificar sus actividades y desplazamientos durante el período de trabajos. Las autoridades han enfatizado que, si bien las obras pueden generar algunas molestias temporales, los beneficios a largo plazo justifican ampliamente estas intervenciones necesarias para el desarrollo urbano.

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Fuente: gcba